miércoles, 27 de octubre de 2010

Una gran experiencia


Son muchos los jóvenes que al terminar el secundario deciden continuar sus estudios y emprender una nueva etapa de sus vidas en la capital del país, Buenos Aires.

Ya sea por que elijen una carrera que no esta en Salta, por que tienen hermano/as estudiando afuera, por que buscan independencia o por que están ávidos de vivir nuevas experiencias, entre otras cosas, es una gran parte de los jóvenes salteños deciden aventurarse a arrancar, con mucha incertidumbre y temor, un nuevo episodio de sus vidas en la gran capital.

Emma Lagos de 21 años, es salteña, hace 4 años que vive en la capital del país y ella sostiene que al ser del interior, es normal que al terminar el colegio uno se vaya a estudiar a otro lado que no sea su provincia. Maria José Alurralde, 22, comenta que entre otros, los motivos que la llevaron a estudiar lejos de Salta fueron que: “el hecho de salir de salta implica no solo asumir nuevas responsabilidades al vivir solo, sino que abrís mucho la cabeza y aprendes muchas cosas”, y al igual que ella, Candelaria Mariño, 21, contó que a ella también la cautivo la idea de abrirse mentalmente ya que: “…Salta nunca me iba a poder dar esa oportunidad” .

Sofía Martorell, 21, contó que ella desde chica supo que iba a estudiar en Buenos Aires, y esto se debe a que en parte peso mucho la motivación por parte de sus padres para estudiar afuera y en otra gran parte el hecho de que la mayoría de sus amigas hayan dejado Salta para arrancar con sus estudios universitarios fue un gran plus a la hora de tomar la decisión.

Adaptarse al ritmo de vida porteño, cuando se viene de una provincia tan placida y serena como es Salta, no es tarea sencilla para nadie y muchísimo menos fácil es para uno cuando tiene 17/18 años y se le exige tomar una decisión tan difícil como es la de elegir una carrera profesional para toda la vida e inmediatamente arrancar con un verdadero ritmo de estudio.

Al joven del interior, la nueva realidad en la gran ciudad le exige muchas nuevas actividades que seguramente, un tiempo antes, en su tranquila vida en su provincia el no las tenia incorporadas: desde hacer las compras en el supermercado, pagar las cuentas, trasladarse por las grandes avenidas en cualquier tipo de medio de transporte publico, mantener una sana convivencia con quien le toque vivir (hermanos, amigos, compañero) en un espacio mucho mas reducido al que estaba acostumbrado y encima de todo estudiar de una forma constante y responsable muy diferente a las que nos acostumbra el dulce colegio.

Son muy variados los efectos que los cambios de residencia producen en los jóvenes. Por ejemplo, por un lado, Estefanía Sola, 21, dijo que: “al principio no me costo tanto adaptarme. Con el tiempo empecé a extrañar mas, pero creo que lo que extraño es la tranquilidad de Salta”, y por otro, Fátima López Sanabria, 21, mantiene que le costo mucho adaptarse a la capital, “Primero que nada por estar separada de mi familia y de ciertos amigos. Por otro lado, por el hecho de pasar a vivir en una ciudad donde su agitado ritmo sea el que marque tu ritmo de vida y donde los tiempos y las exigencias son otras”. Jerónimo Torino, 22, manifiesta que nunca se arrepintió de haber salido de su ciudad, y que si bien a veces llego a ser muy difícil la distancia y que a pesar que llego a considerar volverse “… siempre considere mas positivo el luchar e intentarlo”.

Existe una Asociación de Estudiantes Salteños en Buenos Aires “AESBA”, que tiene como principal proyecto implementar un sistema de pasantias para la reinserción laboral de los graduados en Buenos Aires, que regresan a Salta a trabajar (ya que la distancia provoca una pérdida de los contactos laborales). Esta Asociación cuenta con el apoyo de la Universidad Católica de Salta. Y esta misión que se han emprendido estos jóvenes es muy valiosa para el joven que abandona su ciudad para su formación académica, ya que la mayoría de los que se van regresan o desean regresar a su provincia una vez que estén recibidos.

Florencia López Mirau, 22, manifiesta que algún día va a volver a Salta, “… no se si apenas termine mis estudios o después de un tiempo, pero si voy a volver”. Roberto Velarde, 20, también sostuvo que va a volver a vivir a Salta una vez finalice su carrera de Medicina. Jerónimo Torino, 22, planteo que Buenos Aires es una linda etapa mientras uno sea un estudiante, “… pero cuando uno es grande y se toma la vida mas en serio lo ideal es hacerlo en una ciudad mas pequeña y Salta para mi, y seguramente para todos los salteños es la ideal”

Personalmente, como periodista salteña que opto por formarse en Buenos Aires, puedo sostener que elegí la gran capital para mi formación por que, si bien en la provincia de Salta hay un muy buen nivel académico, el de la capital del país es, obviamente, mas universal, además de contar con un plus que es el de vivir independientemente en una gran ciudad que le brinda a uno un aprendizaje paralelo al curricular de la Universidad.

Durante mi formación académica tuve la suerte de formar vínculos que fueron muy valiosos para mi tanto a nivel personal como normativo y así se ampliaron mis posibilidades de acceder al mundo globalizado.
Andrés Suriani, 20, esta estudiando Periodismo y también entiende los beneficios de salir de su propia provincia para formarte en una carrera así: “Para mi carrera, Periodismo, Buenos Aires, es en el lugar donde no solo se encuentran los grandes medios, sino donde se producen los acontecimientos noticiosos”.

miércoles, 13 de octubre de 2010

El Hospital San Bernardo de Salta



El Hospital San Bernardo fue inaugurado en marzo de 1960 y puesto en funcionamiento el 20 de agosto de aquel año. Funciona hasta la fecha, siendo el Hospital de máxima complejidad para adultos en la Provincia de Salta.
Personalmente, tengo el honor de estar ligada a este gran hospital, través de mi abuelo, el Dr. Roberto Solá, quien trabajo en la guardia del Hospital desde su nacimiento.
El Dr. Solá, junto a algunos médicos y enfermeras, fue trasladado al nuevo hospital, para continuar con la función de medico de guardia. El recuerda el origen del Hospital San Bernardo y nos cuenta que: “el Dr. Olaiz, que era el Director del Hospital del Milagro, resolvió poner en funcionamiento el nuevo hospital, con algunos muebles y aparatos trasladados desde el Hospital del Milagro”.
A pesar de las estrecheces presupuestarias, de las criticas a las que el hospital se ve sometido permanentemente, de los buenos y malos momentos que ha atravesado, el Hospital San Bernardo es uno de los mas importantes de la provincia y de la región norte de nuestro país.
Atiende un promedio de 1.000 pacientes por día, de los cuales alrededor de 700 se asisten por consultorio externo y unos 300 ingresan a través del servicio de guardia de emergencia y cuenta con 412 camas para internados.
“Desde su inicio, el Dr. Heraclio Olaiz con un grupo de médicos y enfermeros, trajeron una mística que como una valiosa posta, se ha ido trasmitiendo a través de diferentes generaciones de médicos, enfermeras, auxiliares”, sostuvo el Dr. Solá y agrego que “si la solidaridad, el dolor y el coraje tienen un sonido ese es el clamor permanente que se escucha en los pasillos, salas y consultorios de este Hospital”.
El Hospital ha estado muy presente en mi vida. Recuerdo mi juventud, buscando a mi abuelo, recorriendo los pasillos y sumergiéndome en la sensación de percibir la presencia de las miles de almas buenas que ya se fueron, pero que persisten en alguna dimensión cósmica, exotérica, de esas personas que dejaron parte de su vida, en el Hospital, por su pasión, que fue la medicina, la de salvar vidas, curar enfermos, como quienes fueron los colegas de mi abuelo: Sergio Frias, San Miguel, Davis, Ramón Jorge, Rumi, los hermanos López Cross, Portal de la Cuesta, Ferdinando Virgili, por nombrar algunos.
En el aniversario de sus 50 años de vida hemos podido percibir el reconocimiento de miles de personas, interrogando, en mi carácter de periodista ávida de captar el sentido de esta formidable institución.
Durante los festejos se mantuvieron las actividades tradicionales, pero con mayor intensidad debido a la importancia de la fecha, indicaron las autoridades del Hospital.
El nombre del Hospital surgió como una feliz inspiración, pues la gente de Salta lo nombro por años “Hospital del Cerro”. Y Así fue que el Dr. Olaiz le puso el nombre del Santo Patrono, “San Bernardo” y logró bautizarlo como hoy lo conocemos “Hospital San Bernardo”.
Durante su existencia, el Hospital ha ido evolucionando permanentemente, en 1978 fueron creados los Servicios de Terapia Intensiva y Cirugía Plástica y Quemados, pioneros en estas actividades en todo el Norte Argentino.
Luego, en octubre de 1997 se inauguró el Salón de Telemedicina y Videoconferencias y se integra este Hospital como pionero de la Red Nacional.
En 1998 se inauguró el Servicio de Hemodinámica, efectuándose estudios diagnósticos y terapias endoluminales, centrales y periféricas.
Finalmente, a partir del 1 de septiembre de 1999, mediante Decreto Provincial Nº 3.602 pasó a ser Hospital Público de Autogestión.
Estos avances tecnológicos en la medicina son una gran satisfacción para quienes dedican su vida a un oficio tan digno y necesario como es el de la medicina, “los adelantos científicos y tecnológicos han llevado a la medicina actual a un nivel increíble, a tal punto que parecen ciertos logros como sacados de una revista de ciencia ficción”, comento el Dr. Solá.
La medicina es una disciplina esencialmente humana, es una ciencia de cautivante intelectualidad, es, a veces, un arte magnifico. Desde el punto de vista del espíritu y desde el comienzo hasta el final, la medicina es una permanente toma de responsabilidades y decisiones y quien no esta dispuesto a tomarlas y asumirlas, debe dedicarse a otra profesión.
Otro aspecto soberano es ese singular coloquio que se establece entre el medico y el paciente, en busca de que el paciente le trasmita sus síntomas para que el medico los transforme en signos y los interprete, el humanismo en medicina es parte de su esencia. El medico es un hombre que cuida y alivia el sufrimiento de otro hombre, de allí se afirma que no hay otra actividad mas humana.
Es así, que sostengo que el tratamiento nunca debe subordinarse a las posibilidades del paciente, ni a los medios financieros de la familia. Y el medico debe ser siempre bien remunerado para que logre un nivel, un estándar de vida conveniente. Es por eso, que prestigiar, apoyar y colaborar por la existencia y mejora de instituciones publicas, como es el Hospital San Bernardo, es una tarea de todos, por la cual no debemos dejar de trabajar.
Solamente, a través de un eficiente uso de los recursos, del incremento de los presupuestos hospitalarios por medio de los ingresos obtenidos, por el cobro de las prestaciones, del fomento de una gestión eficiente y racional de la salud. De la mejora de los actuales niveles de accesibilidad de la población sin cobertura. Del respeto de las particularidades regionales y locales de los establecimientos. De la garantía de la gratuidad del acceso a la atención de la salud, eliminando todo tipo de arancelamiento por la utilización de los servicios y la máxima cobertura posible, de acuerdo con su nivel de complejidad. De lograr el mejoramiento progresivo de los niveles de calidad a partir del cumplimiento de normas de calidad. De la participación comunitaria en el control de la accesibilidad y la calidad de atención brindada a la población, entre otras cuestiones, la salud publica obtendría la importancia y el prestigio que ella se merece y que merecemos todos los ciudadanos.